Mujeres de Acero. Así se titula el último capítulo del libro «Hombres de Acero. Historia Política de la Unión Obrera Metalúrgica» del historiador Víctor Ramos. Las mujeres a la par de los hombres son protagonistas no solo del pasado sino del futuro gremial del Siglo XXI. En esta obra no solo se destaca el rol heroico de sus dirigentes como Timoteo Vandor o José Rucci sino también el de muchas compañeras caídas en la lucha. El secretario general de la UOMRA Antonio Caló, siempre destaca a la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, obrera metalúrgica y afiliada a la UOM, secuestrada, desaparecida y asesinada por sicarios de la última dictadura cívico-militar. Lo que sigue es un adelanto exclusivo del libro mencionado. Un adelanto de una obra única de investigación histórica sobre la UOMRA.

Azucena Villaflor, la primera a la izquierda. A su lado compañeras del establecimiento metalúrgico SIAM DI TELLA en Avellaneda.
MUJERES DE ACERO
Las trabajadoras metalúrgicas comienzan a tener mayor presencia en la nueva era tecnológica. En realidad, la mujer nunca estuvo ausente en el trabajo metalúrgico a pesar de su fuerte tradición masculina. Con presencia minoritaria, como hemos visto a lo largo de la historia, las trabajadoras recibían haberes muy inferiores a los de los hombres y hasta de los niños antes de la década peronista. La explotación de las mujeres en las fábricas fue mayor que la de los hombres desde el mismo comienzo de la revolución industrial. No solo por la diferencia salarial a igual trabajo, sino por lo que implican las labores del hogar en la sociedad patriarcal.
En los años del peronismo, las compañeras fueron ganando derechos y equiparando salarios.
En muchos talleres hoy ya no se trata solamente de la fuerza física sino también de la capacitación e inteligencia. Podemos observar a mujeres moviendo grúas pesadas desde una computadora o manejando robots que sueldan carrocerías de automóviles o camiones.
Fue durante el peronismo, con Eva Perón, cuando se allanó el camino hacia los derechos sociales, políticos y económicos de la mujer.
La empresa metalúrgica Acindar, a sus 75 años de vida, contrató por primera vez a tres mujeres en la planta productiva. Fue recién en septiembre de 2020. Jimena Quevedo, una de estas obreras incorporadas, cuenta que la planta siempre fue vista como un sector para los hombres y agrega:
En la época de mi abuelo, los trabajos eran más pesados. Ahora está todo más sistematizado, se agregaron máquinas nuevas. Hoy el que hace fuerza es el que quiere. No se trata de hacer fuerza, sino de cómo hacerla, ya que la fuerza mal aplicada puede lesionar a cualquiera.[1]
La incorporación de estas tres trabajadoras en Acindar significó grandes artículos en los diarios locales. Este pequeño hecho fue una fisura que se abrió en el machismo empresario hacia la paridad de género en la empresa. Sobre casi dos mil trabajadores, ahora hay tres mujeres. Un claro ejemplo que pone de manifiesto la masculinización del trabajo metalúrgico.[2]
El resultado debe haber sido positivo ya que varias semanas después sumaron a dos mujeres operarias más en las plantas de Acindar en la vecina localidad de San Nicolás (Planta Fenicsa y Planta Bonelli).[3]
Lentamente los prejuicios van retrocediendo por la lucha de las compañeras, los fallos judiciales y la legislación de paridad de género, y por la acción del INADI, Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.
En los cuerpos de delegados de fábrica se comienza a distinguir la presencia femenina en una industria que hasta el día de hoy es preponderantemente masculina.
Natalia Solves, trabajadora delegada de la planta automotriz de Peugeot e integrante de la Mesa de Mujeres Delegadas Metalúrgicas Peronistas de la UOM, señaló en un plenario de la agrupación que: “Nuestro compromiso es luchar por los derechos de la mujer y la familia metalúrgica”, y advirtió: “Ni un paso atrás, ni un paso adelante. Codo con codo con nuestros compañeros”.
Alicia Mesa, de la seccional UOM Quilmes, expresó:
Las mujeres estamos capacitadas, igual que cualquier compañero, simplemente queremos caminar a la par porque como mujeres, somos trabajadoras, madres y podemos exactamente representar a cualquier compañero. Y por otro lado, decirles que también creo que si hoy estamos acá y vamos a seguir estando es porque nuestro secretario general Antonio Caló realmente nos respalda muchísimo en este trabajo. Nosotras queremos seguir trabajando, y también sabemos que la UOM, como peronista, ha luchado por la igualdad de género, por la igualdad de todos los trabajadores.[4]
Las mujeres en la historia social argentina tienen una larga tradición de lucha. En las calles de la ciudad de Buenos Aires, durante los fatídicos días de la Semana Trágica, las crónicas de la época recuerdan a las trabajadoras codo a codo con los compañeros enfrentando la represión.[5]
También se las vio en las heroicas jornadas del 17 de octubre de 1945, en la resistencia peronista y enfrentando a la dictadura de los genocidas capitaneados por el general Videla.
Las concentraciones masivas contra los femicidios bajo la consigna “Ni una menos”, realizadas el 3 de junio de 2015 y de 2016 en Argentina, ya habían demostrado un fuerte poder de movilización y un alto grado de compromiso de toda la sociedad. La convocatoria al paro nacional de mujeres para el 8 de marzo de 2017, Día Internacional de la Mujer, fue casi natural en la espiral de lucha que se venía manifestando en todo el mundo. Desde el secretariado nacional, Antonio Caló recordó a las mártires que fueron asesinadas en 1911, en los Estados Unidos, durante un incendio provocado intencionalmente por la patronal:
Las trabajadoras luchaban por las 8 horas de trabajo y las malas condiciones de trabajo que padecían. Ahora luchamos por nuevas conquistas. Las mujeres metalúrgicas de la UOM han adherido al paro internacional de la mujer y nosotros apoyamos la medida. Tenemos una Mesa de mujeres que funciona y actúa en todos los campos de la política. Tanto yo como el secretariado nacional en pleno y las seccionales de todo el país apoyamos decididamente esas iniciativas transformadoras que comenzaron con Eva Perón.
Respecto al proceso cívico militar genocida que comenzó el 24 de marzo de 1976, puede dar testimonio la lucha de la compañera Azucena Villaflor. Afiliada a la UOM, trabajó en la fábrica SIAM de Avellaneda, donde ingresó a los 16 años. Se puso de novia con Pedro Carmelo De Visenti, compañero delegado de la UOM representante la una sección de la SIAM. Pedro Carmelo ingresó a la empresa de la familia Di Tella a los catorce años y se hizo peronista desde jovencito. Fue delegado y sindicalista de la Unión Obrera Metalúrgica.[6] Con Azucena se conocieron en la fábrica, se casaron y tuvieron cuatro hijos.
El fatídico 30 de noviembre de 1976, Azucena y Carmelo tomaron conocimiento del secuestro de su hijo Néstor, militante de la Juventud Peronista. De inmediato se apersonó Carmelo al Jugado de Lomas de Zamora, presentando un recurso de habeas corpus, que tuvo resultado negativo.
Azucena no se quedó quieta ni un momento. Recorrió hospitales, comisarías, el ministerio de Interior y la propia Curia Metropolitana, donde se encontró con otras madres desesperadas que buscaban igual que ella a sus hijos. Incansable, convocó a las otras madres para el 30 de abril de 1977 a la Plaza de Mayo. Sería esta la primera ronda de las Madres en la Plaza de Mayo.[7]
La periodista Susana Viau en su artículo “La fundadora de las Madres”, detalla que Azucena convocó a la primera ronda en la Plaza de Mayo cansada de recorrer infructuosamente dependencias oficiales. Allí se conocieron con un grupo de madres que, como ella, reclamaban la aparición de sus hijos. Eran las mismas mujeres que volvían a encontrarse en la capilla Stella Maris, de Retiro.
Mi mamá dijo publicamente que debían ir a encontrarse en la Plaza de Mayo.[8] (…) La voz se corrió entre el puñado de mujeres que se habían conocido en las colas que desde las cinco de la mañana se formaban a las puertas del Ministerio del Interior. Dicen sus compañeras de la plaza que Azucena era una mujer valiente y se definía peronista.[9]
Azucena llegó a organizar las rondas de los jueves y a coordinar la publicación de una solicitada el 5 de octubre de 1977, en el diario La Prensa. La fundadora de las Madres de Plaza de Mayo fue secuestrada el 10 de diciembre de 1977 por un grupo de tareas de la Armada, entre los que se encontraba Alfredo Astiz, quien se había infiltrado en el grupo de madres.
Secuestrada y desaparecida, Carmelo De Vicenti la remplazó prestamente en las peligrosas rondas de los jueves en la Plaza de Mayo. Los restos de Azucena fueron encontrados en las aguas de Santa Teresita e identificados en el año 2005 por el Equipo Argentino de Antropología Forense.[10]
Según el Informe Nacional sobre Desaparición de Personas, las mujeres constituyeron un 33 por ciento del total de los desaparecidos. El 10 por ciento de ellas estaban embarazadas. También quedó en evidencia que la saña criminal de la tortura fue especialmente brutal con las mujeres.
El secretario general de la UOMRA Antonio Caló señaló que:
En el recuerdo de nuestra compañera metalúrgica Azucena Villaflor, asesinada por la dictadura cívico militar, reivindicamos todas las luchas que, desde tiempos remotos y de distintos sectores sociales e ideológicos, llevaron adelante las mujeres en defensa de la justicia de su causa, que es la nuestra.[11]
Las figuras de Eva Perón y Azucena Villaflor impiden equivocar el rumbo. La igualdad de género es un objetivo que la UOM ha planteado reiteradamente. Graciela Jerez, de la seccional UOM Capital, señala que:
La Mesa de Mujeres Delegadas Metalúrgicas Peronistas de la UOM ha promovido diversas acciones sociales y políticas. Desde el apoyo a comedores en las villas de emergencia durante la crisis alimentaria, a la propuesta de la nominación de la presidente de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, la compañera Estela de Carlotto, como “Abuela de la Patria”. Este proyecto busca obtener estado parlamentario en el Congreso de la Nación. Pensamos que la propuesta de las compañeras de la UOM será de gran significación y trascendencia histórica.[12]
El siglo XXI será, sin duda alguna, el de la extensión y conquista de los derechos femeninos. Los avances tecnológicos y la toma de conciencia de muchos nuevos aliados a la causa son fundamentales.
La presencia femenina y su identificación con Eva Duarte de Perón y Azucena Villaflor es un compromiso militante para las compañeras del gremio metalúrgico y las mujeres del mundo entero.

[1] La Capital, 16 de septiembre de 2020.
[2] Ídem.
[3] Esta actitud machista empresaria recuerda el juicio que perdió la empresa Freddo Heladerías, que hasta el año 2002 no contaba en su plantel con una sola mujer porque “las mujeres traen problemas”. El INADI intervino en el caso.
[4] 7ª Jornada de la Juventud Sindical Metalúrgica Peronista, en noviembre de 2016.
[5] La Prensa, 8 de enero de 1919, la crónica relata la muerte de doce trabajadores en manos de la policía durante la represión del día anterior, de los cuales dos son mujeres.
[6] Arrosagaray, Enrique, Biografía de Azucena Villaflor, Creadora del movimiento Madres de Plaza de Mayo, Cienflores, 2014.
[7] Bascheti, Roberto, ob. cit. Desde entonces se las conoce como “Madres de Plaza de Mayo”.
[8] Declaración de Cecilia De Vicenti en la causa ESMA del Tribunal Oral Federal Nº 5.
[9] Viau, Susana, Página/12, 9 de diciembre de 2005.
[10] Gorini, Ulises, Página/12, 26 de marzo de 2017.
[11] Declaraciones en su homenaje en la UOMRA, el 8 de marzo de 2019. Los restos de Azucena Villaflor reposan junto a la Pirámide central en la Plaza de Mayo de la Capital Federal.
[12] Entrevista con el autor.
